Qué son los sofocos de la menopausia
Efectivamente los meses de verano pueden acrecentar las sensaciones negativas que provocan los sofocos en la mujer con menopausia. Al estar expuestas a mayor temperatura y humedad durante esta época, la predisposición a los golpes de calor que puede sufrir una mujer es mayor. Por otro lado, la deshidratación que con más facilidad se da en esta estación agudiza los síntomas en torno a este problema. Igualmente, el consumo de bebidas estimulantes con cafeína o el alcohol pueden favorecer la deshidratación y la sintomatología. Por último, el hecho de que en las noches de verano se desequilibren los ritmos del sueño provoca mayor sensibilidad durante ese tipo de sucesos. En conjunto, los sofocos del verano afectan a la calidad de vida, pueden generar conductas de aislamiento social o incluso dañar la autoestima.
La menopausia es un punto de inflexión en la salud y calidad de vida de la mujer, en esta etapa las concentraciones de hormonas como los estrógenos, la progesterona o la testosterona pueden caer a niveles prácticamente indetectables y esto puede tener consecuencias en la salud. Aumento de peso, fragilidad capilar, deshidratación en las mucosas o aparición de patologías son algunos de los signos que aparecen en la mujer durante la menopausia. Pero sin lugar a dudas uno de los síntomas que más preocupan y afectan a la calidad de vida son los sofocos (especialmente los nocturnos). Se caracterizan por una sensación aguda de aumento de calor, ansiedad y nerviosismo, acompañada de un mayor flujo sanguíneo en la parte superior del cuerpo (incluida la cara y el tórax
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