Generalmente, este tipo de molestias son algo pasajero y que no reviste gravedad pero, por supuesto. Ante síntomas persistentes o que se presenten acompañados de inflamación, irritación, lagrimeo, secreciones o problemas de visión requiere atención médica especializada. Averiguar la causa es necesario, pero también hay algunas medidas prácticas que pueden suponer un buen alivio.

• En primer lugar, lavar los ojos es la primera solución que debes probar porque quizá, no sea una sensación sino que, efectivamente un cuerpo extraño se ha introducido en el ojo. Para este lavado, conviene más usar suero fisiológico o lágrimas artificiales que el agua del grifo.

• Cuando el problema radica en la sequedad ocular. El remedio más eficaz es recurrir a las lágrimas artificiales, mejor si contienen ácido hialurónico. Una solución en gotas de composición similar a las lágrimas naturales. Estas gotas, de fácil aplicación, van a aportar la hidratación que el ojo requiere para que la sensación de arenilla vaya disminuyendo. Es relativamente normal que la sequedad ocular aparezca a medida que cumplimos años, especialmente pasados los 50 y las lágrimas artificiales pueden ser la solución si así lo indica el oftalmólogo.
• Especialmente si el picor va acompañado de inflamación, lavar los ojos con una infusión de manzanilla también puede ser una gran ayuda. Solo tienes que limpiarlos con una gasa empapada en el líquido una vez que este se enfríe o, mejor, que esté frío de la nevera, ya que el frío en sí desinflama. Recuerda hacerlo siempre de dentro hacia afuera, es decir, de la zona del lagrimal hacia el extremo externo del ojo y usar una gasa para cada ojo, no la misma para ambos.

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